Metodología

Durante más de una década me dediqué a recopilar los términos y tecnicismos que componen esta obra, ya fueran estos poco conocidos, de nueva creación o fruto de los cambios, adiciones o elisiones que sufrieron durante el curso de su viaje desde el punto de partida –periodo de revelación– hasta hoy. Para ello revisé los libros de interpretación (del Corán), del fiqh y de la cultura islámica y escogí aquellos términos cuyo significado era necesario precisar. A continuación busqué en las fuentes que tenía a mi alcance, de entre los libros de cultura universal, para seleccionar aquellos términos que garantizaran la idónea transmisión de las ciencias del Islam. De igual modo, investigué los nombres que influyeron en esta cultura, para bien o para mal, dejando una huella imborrable en sus textos. Mencioné también los más destacados personajes de otras religiones, sin dejarme influir por mi opinión personal, como parte de mi compromiso con la pura neutralidad científica. Aún así, no pude completar las biografías de muchos hombres ilustres e incluso ciertos profetas, por falta de espacio o por no disponer de información confirmada referente a ellos, como es el caso del profeta Idris.
 
Hay algunos términos sobre cuyo significado los lingüistas y los intérpretes del Corán no llegaron a un completo acuerdo, lo que me obligó a anotar sus diferentes acepciones. La terminología es una de las ciencias lingüísticas más difíciles ya que el traductor se enfrenta a una enorme dificultad y una gran responsabilidad a la hora de seleccionar el equivalente del término en cuestión en cualquiera de las otras lenguas. El trabajo supone en sí una investigación que requiere la adopción de estándares que diferencien el sentido figurativo, literal y contextual, de manera que el planteamiento va más allá de la terminología hasta el punto de configurar una identidad referencial. En ella hay que basarse para, a continuación, investigar las diferentes acepciones en los distintos textos expuestos.
 
El lector verá que, en los casos en que no encontraba, en los diccionarios de referencia, traducciones apropiadas de ciertos términos, me veía obligado a recurrir a una mayor prudencia en mi afán innovador, con la finalidad de complementar la explicación, el contexto y la referencia.
 
Muy a menudo me fue difícil encontrar los equivalentes de los términos islámicos en las culturas universales, lo cual me exigió explicar sus semejanzas y diferencias. Lo mismo ocurrió con los términos religiosos y sus acepciones en otras religiones, relativos a las diferentes expresiones o términos de referencia y que se pueden encontrar en los textos teológicos, ideológicos, de ciencias sociales e, incluso, de la filosofía moderna.
 
La metodología de trabajo adoptada fue la del orden alfabético y no por raíces de palabras por la dificultad que conlleva este último método para quien no domina la lengua árabe; no obstante, a veces la importancia de la palabra ha requerido indicarla en el orden alfabético y en el orden alfabético de su raíz, y a otras les añadí el artículo definido y las ordené según su primera letra.
 
Dada la importancia de la vocalización en el significado de las palabras, tuve que emplearla en ciertos términos cuyo entendimiento resultaba ambiguo, para facilitarle al investigador su pronunciación y sentido.
 
No ahorré esfuerzo alguno –en la medida de mis posibilidades– en indicar la palabra coránica dentro del versículo que la contenía para reforzar su sentido contextual y comparar su significado si aparecía en otro versículo, con tal de indicar la diferencia de significados.
 
Y, como complemento a esta tarea de facilitar su localización en el diccionario, elaboré, al final de este diccionario, un índice de términos en cada una de las lenguas adoptadas. De igual modo y, para seguir la metodología y el carácter científico de este trabajo, indiqué la fuente de las referencias que utilicé, lo cual hice en nota aparte o en el texto de otras referencias.
 
Ruego a Dios que acepte mi obra a Él dedicada y la anote en Sus Registros, para el día en que ya no serán de ninguna utilidad los hijos ni las riquezas,... tan sólo tendrá valor, aquel Día el presentarse ante Él con un corazón sincero...
 
Si acerté, por Su ayuda y gracia fue y si no, Él es eternamente Indulgente y Misericordioso.
Hecho en Madrid en febrero de 2014.
Dr. Bahige Mulla Huech
portadaDicLow
 

 

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